Hace tiempo que me encuentro bastante preocupado. Mi mente no descansa ni un momento. Pregunto por todas partes y nadie es capaz de ofrecerme una respuesta satisfactoria. Mi proveedor habitual de artículos luminotécnicos mueve la cabeza con gesto desconcertado cuando de forma casual le manifiesto mi preocupación. Nadie sabe nada.
Desde hace varios meses, cuando la prensa -tanto escrita como digital- se hizo cargo de la noticia, y los telediarios se encargaron de propagarla a diestro y siniestro, abrigaba “fundadas” esperanzas de que lo prometido se hiciese realidad. Confieso que tal vez sea excesivamente crédulo, pero a mí personalmente me duele no poder confiar en las personas, sobre todo en aquellas que ejercitan su verbo en público y realizan promesas que luego no son capaces de cumplir.
Ando leyendo estos días folletos de Hidrocantábrico dirigidos a sus abonados en los que exhortan al ahorro energético. Y con esa finalidad mencionan una serie de normas muy conocidas, pero la mayor parte de ellas olvidadas o, al menos, no cumplidas por la ciudadanía. Una de ellas advierte de que “aún no hay suficientes bombillas de bajo consumo en los hogares. Tenemos que mejorar mucho en el uso eficiente de la iluminación”.
Leo esto y me deprimo, porque hace muchos meses que estoy esperando pacientemente, y no sé si podré aguantar más. ¿Cuándo nos dará el ministro Sebastián las bombillas de bajo consumo que hace tiempo nos ha prometido?
Desde hace varios meses, cuando la prensa -tanto escrita como digital- se hizo cargo de la noticia, y los telediarios se encargaron de propagarla a diestro y siniestro, abrigaba “fundadas” esperanzas de que lo prometido se hiciese realidad. Confieso que tal vez sea excesivamente crédulo, pero a mí personalmente me duele no poder confiar en las personas, sobre todo en aquellas que ejercitan su verbo en público y realizan promesas que luego no son capaces de cumplir.
Ando leyendo estos días folletos de Hidrocantábrico dirigidos a sus abonados en los que exhortan al ahorro energético. Y con esa finalidad mencionan una serie de normas muy conocidas, pero la mayor parte de ellas olvidadas o, al menos, no cumplidas por la ciudadanía. Una de ellas advierte de que “aún no hay suficientes bombillas de bajo consumo en los hogares. Tenemos que mejorar mucho en el uso eficiente de la iluminación”.
Leo esto y me deprimo, porque hace muchos meses que estoy esperando pacientemente, y no sé si podré aguantar más. ¿Cuándo nos dará el ministro Sebastián las bombillas de bajo consumo que hace tiempo nos ha prometido?
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