En Llanes, muy cerca de mi casa, a no más de 800 metros, se encuentra la playa de Toró, una verdadera maravilla de la Naturaleza, conocida por todos los asturianos desde que hace 11 años José Luis Garci rodó en ella algunas escenas de la película “El abuelo”. Esta playa, de poco más de 200 metros de longitud, con sus pináculos rocosos, restos de formaciones cársticas, causa la admiración de todos los que la visitan por vez primera. La alternancia de cuarcita y caliza, diferentemente erosionadas, ha dado lugar, en el transcurso de millones de años, a curiosas formas “arquitectónicas”, que existen también en otras playas del concejo de Llanes.
Sin embargo, las flores también tienen espinas. Hace pocos días, removiendo la arena de Toró para insertar el palo de la sombrilla, me encontré con bastantes colillas. Una verdadera pena. Parece casi como una profanación de la Naturaleza. Resulta increíble que en pleno siglo XXI existan todavía personas inconscientes que ignoran que el acetato de celulosa que constituye el filtro de los cigarrillos tarda entre 2 y 5 años en degradarse, y representa, además, un grave peligro para aves, tortugas e incluso ballenas.
Miguel Delibes, en su texto Un mundo que agoniza, escrito con motivo de su ingreso en la Real Academia de la Lengua Española, escribe: “El hombre de hoy usa y abusa de la naturaleza como si hubiera de ser su último inquilino, como si detrás de él no se anunciara un futuro”. Al escribir esto, ¿estaría pensando Delibes en la playa de Toró? ¿No se nos caerá la cara de vergüenza al destrozar el medio ambiente con algo tan ridículo como lanzar al suelo la colilla de un cigarrillo? Por otra parte, ¿tan difícil resulta colocar en la playa una señal que indique la prohibición de tirar colillas en la arena?
Sin embargo, las flores también tienen espinas. Hace pocos días, removiendo la arena de Toró para insertar el palo de la sombrilla, me encontré con bastantes colillas. Una verdadera pena. Parece casi como una profanación de la Naturaleza. Resulta increíble que en pleno siglo XXI existan todavía personas inconscientes que ignoran que el acetato de celulosa que constituye el filtro de los cigarrillos tarda entre 2 y 5 años en degradarse, y representa, además, un grave peligro para aves, tortugas e incluso ballenas.
Miguel Delibes, en su texto Un mundo que agoniza, escrito con motivo de su ingreso en la Real Academia de la Lengua Española, escribe: “El hombre de hoy usa y abusa de la naturaleza como si hubiera de ser su último inquilino, como si detrás de él no se anunciara un futuro”. Al escribir esto, ¿estaría pensando Delibes en la playa de Toró? ¿No se nos caerá la cara de vergüenza al destrozar el medio ambiente con algo tan ridículo como lanzar al suelo la colilla de un cigarrillo? Por otra parte, ¿tan difícil resulta colocar en la playa una señal que indique la prohibición de tirar colillas en la arena?