Recuerdo con cierta nostalgia mis años de docencia en el I.E.S. Calderón de la Barca de Gijón. Fueron diecinueve años de trato exquisito y cordial con que fui obsequiado por parte de alumnos, compañeros y personal auxiliar y administrativo, años en los que, aprendiendo de todos, me fui forjando como profesor y como persona.
Todo esto fue hace ya mucho tiempo, cuando yo era más joven y los días se sucedían más lentamente que ahora y cuando la enseñanza se regía por unas normas bastante diferentes a las actuales. Desde entonces han tenido lugar muchos cambios, propiciados tanto por el deseo social del logro por parte del alumnado de objetivos ramplones con un esfuerzo mínimo, como por la búsqueda por parte del Gobierno de la equiparación con Europa de la manera más sencilla: bajando el listón de conocimientos.
Fueron pasando los días y los años… Ahora, observo desde la distancia el devenir de los centros docentes y, en particular, del mío de siempre; y me maravilla el esfuerzo gigantesco que se realiza desde todos los ámbitos para, contra viento y marea, seguir adelante. No me cabe la menor duda de que, con todos sus defectos, “mi centro” sigue siendo, como antes, el mejor de la ciudad, aunque esta calidad no goce de la adecuada proyección mediática. En este aspecto, sucede lo mismo que en el fútbol: las noticias referentes a dos o tres equipos siempre ocupan la práctica totalidad del contenido de los diarios deportivos de alcance nacional, si bien a veces surge un Sporting ganador, al que dedican la letra más pequeña…
Desde la experiencia de los años y la evidencia que muestra la realidad que observo, me sale del alma felicitar a todo el IES Calderón. Se lo merece.
Todo esto fue hace ya mucho tiempo, cuando yo era más joven y los días se sucedían más lentamente que ahora y cuando la enseñanza se regía por unas normas bastante diferentes a las actuales. Desde entonces han tenido lugar muchos cambios, propiciados tanto por el deseo social del logro por parte del alumnado de objetivos ramplones con un esfuerzo mínimo, como por la búsqueda por parte del Gobierno de la equiparación con Europa de la manera más sencilla: bajando el listón de conocimientos.
Fueron pasando los días y los años… Ahora, observo desde la distancia el devenir de los centros docentes y, en particular, del mío de siempre; y me maravilla el esfuerzo gigantesco que se realiza desde todos los ámbitos para, contra viento y marea, seguir adelante. No me cabe la menor duda de que, con todos sus defectos, “mi centro” sigue siendo, como antes, el mejor de la ciudad, aunque esta calidad no goce de la adecuada proyección mediática. En este aspecto, sucede lo mismo que en el fútbol: las noticias referentes a dos o tres equipos siempre ocupan la práctica totalidad del contenido de los diarios deportivos de alcance nacional, si bien a veces surge un Sporting ganador, al que dedican la letra más pequeña…
Desde la experiencia de los años y la evidencia que muestra la realidad que observo, me sale del alma felicitar a todo el IES Calderón. Se lo merece.
El IES Calderón de la Barca es un centro ejemplar: los profesores, el nivel del alumnado, y el buen ambiente que se respira.
ResponderEliminarPágina web del IES Calderón: http://web.educastur.princast.es/ies/calderon/joomla