El conocido humorista José Mota, en algunos de sus recientes “sketchs” televisivos, refería, a modo de estribillo, una frase que pronto se hizo famosa: “Las ovejas que entran por las que salen”. Aludía con ello a la condición necesaria para el establecimiento de un adecuado equilibrio en todos los aspectos del devenir cotidiano. Así, por ejemplo, el nivel del agua en un embalse hidroeléctrico permanece en equilibrio cuando el caudal suministrado por la lluvia y los ríos que afluyen a él se iguala con el que circula camino de las turbinas. Del mismo modo, durante el verano los clubes de fútbol fichan los jugadores necesarios para compensar las bajas producidas por los futbolistas que se retiran o que marchan a otros equipos.
Así es la vida. Algunos tienen que morir para que otros nazcan; en caso contrario, nuestro planeta se superpoblaría y desaparecería el equilibrio necesario en la población mundial… Y, en otro orden de cosas, el próximo curso académico habrá en Asturias 288 profesores menos en la enseñanza no universitaria, pese a que el número de alumnos matriculados será sensiblemente el mismo que este año: son 288 ovejas que salen del aprisco, que en este caso consiste en la Consejería de Educación del Principado. Esto se traduce en menos dinero saliente, lo que indudablemente servirá para que la balanza económica de la Consejería, tan inestabilizada por los hechos que ocasionaron la reciente “marea” judicial, recupere su equilibrio anterior.
Los hechos, querámoslo o no, son así. No hay más cera que la que arde. Y muy pronto, a menos que las próximas elecciones lo remedien, vamos a quedar todos a oscuras.
Así es la vida. Algunos tienen que morir para que otros nazcan; en caso contrario, nuestro planeta se superpoblaría y desaparecería el equilibrio necesario en la población mundial… Y, en otro orden de cosas, el próximo curso académico habrá en Asturias 288 profesores menos en la enseñanza no universitaria, pese a que el número de alumnos matriculados será sensiblemente el mismo que este año: son 288 ovejas que salen del aprisco, que en este caso consiste en la Consejería de Educación del Principado. Esto se traduce en menos dinero saliente, lo que indudablemente servirá para que la balanza económica de la Consejería, tan inestabilizada por los hechos que ocasionaron la reciente “marea” judicial, recupere su equilibrio anterior.
Los hechos, querámoslo o no, son así. No hay más cera que la que arde. Y muy pronto, a menos que las próximas elecciones lo remedien, vamos a quedar todos a oscuras.
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