Durante las retransmisiones televisivas de los partidos de fútbol por la Sexta aparecen cada poco tiempo en la parte superior de la pantalla etiquetas “estadísticas” que suministran a los espectadores datos que la mayor parte de las veces carecen de utilidad. Por ejemplo, de entre todos los partidos disputados entre los dos equipos, cuántas veces ganó, perdió o empató cada uno de ellos; cuántos goles marcó un determinado jugador de falta directa; o cuál fue el gol más tempranero de los conseguidos en la jornada…
A veces se someten a tratamiento estadístico fenómenos que la propia realidad se encarga de mantener apartados de tal tratamiento; queremos encorsetarlos en los moldes de la probabilidad y ellos no se dejan. Este es el caso que observé en la pantalla del televisor el sábado pasado en el transcurso de la retransmisión del encuentro de fútbol entre el Recreativo de Huelva y el Real Madrid; apareció una nota que hacía referencia a que en todas las temporadas en que el Recreativo había estado en Primera División siempre el Real Madrid había quedado campeón de Liga. No lo entendí en ese momento y sigo sin entender ahora lo que ese dato pueda significar. ¿Qué relación de causa-efecto puede haber entre la permanencia en Primera del Recreativo de Huelva y que el Real Madrid se alce o no con el Campeonato?
Decía el novelista francés del siglo XIX Edmont Gouncourt que “la estadística es la primera de las ciencias inexactas”. Todo depende de la manera en que manejemos los datos y los interpretemos. Si la Dirección General de Tráfico dice que el 25% (por citar una cifra) de los muertos en accidentes de tráfico no llevaban puesto el cinturón de seguridad, eso significa que la ausencia de cinturón fue la causa del 25% de los muertos, pero en buena lógica también podríamos argumentar que el 75% restante falleció por llevar el cinturón puesto. Alguien dijo que “las cifras no mienten, pero los mentirosos también usan cifras”, cifras que se pueden interpretar a gusto de cada cuál. Si yo fuera presidente del Real Madrid hubiera pedido a mis jugadores que se dejaran perder ante el Recreativo, pues de esa forma se contribuiría a asegurar su permanencia en Primera División, lo cual, según los “datos estadísticos,” garantizaría el Campeonato de Liga al Real Madrid. ¡A qué extremos de “lógica opaca” hemos llegado!
A veces se someten a tratamiento estadístico fenómenos que la propia realidad se encarga de mantener apartados de tal tratamiento; queremos encorsetarlos en los moldes de la probabilidad y ellos no se dejan. Este es el caso que observé en la pantalla del televisor el sábado pasado en el transcurso de la retransmisión del encuentro de fútbol entre el Recreativo de Huelva y el Real Madrid; apareció una nota que hacía referencia a que en todas las temporadas en que el Recreativo había estado en Primera División siempre el Real Madrid había quedado campeón de Liga. No lo entendí en ese momento y sigo sin entender ahora lo que ese dato pueda significar. ¿Qué relación de causa-efecto puede haber entre la permanencia en Primera del Recreativo de Huelva y que el Real Madrid se alce o no con el Campeonato?
Decía el novelista francés del siglo XIX Edmont Gouncourt que “la estadística es la primera de las ciencias inexactas”. Todo depende de la manera en que manejemos los datos y los interpretemos. Si la Dirección General de Tráfico dice que el 25% (por citar una cifra) de los muertos en accidentes de tráfico no llevaban puesto el cinturón de seguridad, eso significa que la ausencia de cinturón fue la causa del 25% de los muertos, pero en buena lógica también podríamos argumentar que el 75% restante falleció por llevar el cinturón puesto. Alguien dijo que “las cifras no mienten, pero los mentirosos también usan cifras”, cifras que se pueden interpretar a gusto de cada cuál. Si yo fuera presidente del Real Madrid hubiera pedido a mis jugadores que se dejaran perder ante el Recreativo, pues de esa forma se contribuiría a asegurar su permanencia en Primera División, lo cual, según los “datos estadísticos,” garantizaría el Campeonato de Liga al Real Madrid. ¡A qué extremos de “lógica opaca” hemos llegado!
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