En estas últimas jornadas de la liga española de fútbol en la categoría de Primera División el comportamiento sobre el césped y los resultados del Real Sporting de Gijón están llenando de satisfacción a todos los aficionados.
No es para menos. Que después de doce jornadas el Sporting solo haya perdido dos encuentros es algo que resultaba impensable hace pocos meses; la mayor parte de los aficionados hemos recuperado la ilusión perdida a lo largo de diez años de exilio en la Segunda División. Quedaron atrás las luchas, tantas veces estériles, en busca del ascenso, compensadas por los alirones triunfales de junio de 2008, acompañados de baños multitudinarios en la fuente de Begoña; pero queda muy reciente la pasada temporada con el miedo atenazando la garganta hasta el último minuto del último partido.
Ahora, afortunadamente, la situación parece muy distinta. De ser goleado en cada partido, el Sporting ha pasado a disponer de una de las defensas más seguras de la Primera División. Las cifras lo avalan: el portero Juan Pablo ocupa el tercer lugar en cuanto a menor número de goles encajados, solo superado por Iker Casillas y Víctor Valdés. Y, aunque a veces ha habido un poco de suerte, los triunfos, por lo general, han ido acompañados de una exhibición de buen juego.
No quiero repicar las campanas antes de tiempo, pero lo cierto es que en el día de hoy las cosas están mejor que nunca. Los días de fútbol en el Molinón se respira en las calles de Gijón un ambiente de verdadera alegría y esperanza de victoria. Quiera Dios que todo siga como hasta ahora y en junio podamos festejar, un año más, la permanencia. Que así sea.
No es para menos. Que después de doce jornadas el Sporting solo haya perdido dos encuentros es algo que resultaba impensable hace pocos meses; la mayor parte de los aficionados hemos recuperado la ilusión perdida a lo largo de diez años de exilio en la Segunda División. Quedaron atrás las luchas, tantas veces estériles, en busca del ascenso, compensadas por los alirones triunfales de junio de 2008, acompañados de baños multitudinarios en la fuente de Begoña; pero queda muy reciente la pasada temporada con el miedo atenazando la garganta hasta el último minuto del último partido.
Ahora, afortunadamente, la situación parece muy distinta. De ser goleado en cada partido, el Sporting ha pasado a disponer de una de las defensas más seguras de la Primera División. Las cifras lo avalan: el portero Juan Pablo ocupa el tercer lugar en cuanto a menor número de goles encajados, solo superado por Iker Casillas y Víctor Valdés. Y, aunque a veces ha habido un poco de suerte, los triunfos, por lo general, han ido acompañados de una exhibición de buen juego.
No quiero repicar las campanas antes de tiempo, pero lo cierto es que en el día de hoy las cosas están mejor que nunca. Los días de fútbol en el Molinón se respira en las calles de Gijón un ambiente de verdadera alegría y esperanza de victoria. Quiera Dios que todo siga como hasta ahora y en junio podamos festejar, un año más, la permanencia. Que así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario