sábado, 8 de agosto de 2009

Esperando la noticia

Agosto es un mes que desde siempre se ha destinado a veranear: precisamente en este mes millones de españoles abandonan sus lugares habituales de residencia y trabajo para dirigirse a otros sitios diferentes de esparcimiento y diversión. En este aspecto, los políticos (ministros del Gobierno, diputados, senadores y demás ralea) no constituyen una excepción: también ellos toman sus vacaciones en agosto y contribuyen en cierta medida a poner de moda -encarecer- sus lugares de veraneo.
Sin embargo, algo tiene de bueno que los miembros del Gobierno descansen en agosto; y es que precisamente en este mes escasean las noticias inquietantes, pues los únicos que podrían originarlas, que son ellos mismos, se encuentran veraneando, y la ciudadanía, en consecuencia, puede respirar tranquila.
Deseo de todo corazón que nuestros gobernantes descansen lo suficiente y que vuelvan dentro de unos días a sus lugares de trabajo con la mente despejada. Así podrán dedicar sus esfuerzos a la promulgación de leyes sumamente necesarias a nivel de salud ambiental. Me refiero a la prohibición de fumar en lugares públicos, tales como cafeterías, bares y restaurantes, la mayor parte de los cuales parecen hoy día cámaras de de exterminio nazis. Si se entra en estos locales el humo termina impregnando la ropa de tal modo que da la sensación de haber estado en un fumadero oriental de opio.
A mí personalmente me parecen de un cinismo escalofriante esos letreros que aparecen en algunos locales, advirtiendo de que “fumar perjudica su salud y la de quienes le rodean”, pero que a la vez aclaran a los clientes: “En este establecimiento está permitido fumar”. ¿Cómo no se le cae la cara de vergüenza a la Dirección General de Sanidad, que permite este engaño a los ciudadanos, en vez de velar por su salud perjudicada?
No me lo explico. ¿Agarrará el Gobierno el toro por los cuernos o seguirá admitiendo el “contamina, pero paga”? ¿Hasta cuándo continuarán jugando con la salud de los ciudadanos? Desde luego, de lo que no me cabe la menor duda es de que, si por un azar, una encuesta del CIS revelase que el 90 % de los fumadores estaban afiliados al partido de la oposición, al día siguiente el Boletín Oficial del Estado notificaría la prohibición de fumar en todos los locales públicos. Esa sí sería una noticia impactante. Vaya mi aplauso por adelantado.