jueves, 17 de marzo de 2011

288

El conocido humorista José Mota, en algunos de sus recientes “sketchs” televisivos, refería, a modo de estribillo, una frase que pronto se hizo famosa: “Las ovejas que entran por las que salen”. Aludía con ello a la condición necesaria para el establecimiento de un adecuado equilibrio en todos los aspectos del devenir cotidiano. Así, por ejemplo, el nivel del agua en un embalse hidroeléctrico permanece en equilibrio cuando el caudal suministrado por la lluvia y los ríos que afluyen a él se iguala con el que circula camino de las turbinas. Del mismo modo, durante el verano los clubes de fútbol fichan los jugadores necesarios para compensar las bajas producidas por los futbolistas que se retiran o que marchan a otros equipos.
Así es la vida. Algunos tienen que morir para que otros nazcan; en caso contrario, nuestro planeta se superpoblaría y desaparecería el equilibrio necesario en la población mundial… Y, en otro orden de cosas, el próximo curso académico habrá en Asturias 288 profesores menos en la enseñanza no universitaria, pese a que el número de alumnos matriculados será sensiblemente el mismo que este año: son 288 ovejas que salen del aprisco, que en este caso consiste en la Consejería de Educación del Principado. Esto se traduce en menos dinero saliente, lo que indudablemente servirá para que la balanza económica de la Consejería, tan inestabilizada por los hechos que ocasionaron la reciente “marea” judicial, recupere su equilibrio anterior.
Los hechos, querámoslo o no, son así. No hay más cera que la que arde. Y muy pronto, a menos que las próximas elecciones lo remedien, vamos a quedar todos a oscuras.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Cuidado con el dinero

…los hijos de este siglo son en sus negocios más sagaces que los hijos de la luz. Granjeaos amigos con las riquezas….
(Lucas, 16, 8-9).

Al fin. Tras 41 días de internamiento en la cárcel de Villabona, el exconsejero de Educación del Principado de Asturias, don José Luís Iglesias Riopedre, uno de los implicados en la “operación Marea” -llamada así por las primeras sílabas de la funcionaria también implicada Marta Renedo Avilés-, consiguió su puesta en libertad, después de haber abonado sus familiares y amigos, en concepto de fianza, la cantidad de cien mil euros, recaudada en muy pocos días.
Resulta un poco extraña tal generosidad en estos tiempos en que tanto abunda el egoísmo, máxime teniendo en cuenta que si ayudar al pobre puede llamarse caridad, las ayudas al poderoso no pueden recibir ese mismo calificativo.
Todo el asunto permanece sub iúdice, y la sentencia definitiva tal vez se prolongue durante años, lo que convierte cualquier opinión en aventurada. Sin embargo, me cuesta mucho pensar que la actuación de la juez, doña Ana López Pandiella, pueda estar equivocada. Más bien sospecho que hay, por parte de las altas instancias, un deseo inconfesable de hacer borrón y cuenta nueva, olvidándose de todo el dinero que ha entrado en juego y que adquiere el carácter de volatilizable. Así ha sucedido siempre en otros procesos similares (recuérdese el caso de Luís Roldán), y no hay que hacer muchos esfuerzos mentales para suponer que ahora sucederá lo mismo.
Tantos años de penuria en los centros educativos del Principado han encontrado ahora una explicación. El dinero, al igual que la energía, ni se crea ni se destruye; tan solo se transfiere de unos bolsillos a otros, y siempre en la misma dirección y sentido.